El piropo tiene que renovarse, cada vez que paso por una obra, Dios como me molesta escuchar las palabras en voz alta ensalzando mi trasero o midiendo mi pecho con lo ojos. Claro ahora pensaras “que creída” con lo bonito que es y como sube la moral un piropo a cualquier hora del día… pero no señor, un piropo es un piropo, y te cae bien según quien te lo diga, como lo haga y con que pie te has levantado.
La semana pasada sin ir mas lejos, paso por una calle en la que hacen obras, deben trabajar unos 10 hombres y en el medio metro que quedaba, entre la acera y la obra me suelta un “boys, boys boys…. Al ritmo de Sabrina “. Cuando se lo conté a mi marido se puso a reír y me dice... muy jóvenes no deben ser jajaja… (Claro Sabrina Salerno triunfó a finales de los 80).
Al día siguiente fue peor, llego al medio metro de acera y obra y escucho un sonido… algo parecido a lo que hacemos cuando alguien duerme y ronca a tu lado un “ta, ta, ta” sordo y muy desagradable, yo diría que soez… El siguiente día al pasar el obrero y sus compañeros rindieron homenaje a mi trasero… me HARTÉ!
Me paro lo miro por encima del hombro y sin gritar, ni alterarme le dije que me molestaba mucho que me dijeran cosas cada día, tengo que pasar por ahí para ir a trabajar no tengo otra alternativa. Le advertí que no me sentía halagada, sino que todo lo contrarío. Que los sonidos y palabras malsonantes no me suben el autoestima y que ya está bien, que si pasan 35 mujeres en un hora, 35 se llevan sus 45segundos de gloria, con el consiguiente entretenimiento del personal y la pérdida de tiempo… Ahora entiendo porque más de una vez tienen que volver a levantar la calle, no están por la labor.
Voy a cambiar de táctica, ahora cuando pase por una obra miraré al andamio y cantaré Ahh!! Que bien te queda el arnés!!!!
Fotos: Mariví Chacón