En el post de hoy veremos cómo hacer una pedicura casera, pero yo recomiendo que si disponéis de tiempo os acerquéis a vuestro centro de estética habitual a que os realicen una, y más si es para hacer esta puesta a punto después del invierno.
Para empezar, cortaremos y limaremos bien las uñas a nuestro gusto.
Llenaremos un recipiente con agua templada, si queremos tener un mayor efecto relajante podemos añadirle algunas gotas de aceite esencial de lavanda, manzanilla o jazmín. Los dejaremos en remojo unos veinte minutos y nos pondremos un exfoliante para eliminar bien las pieles muertas, si tenemos muchas durezas en el talón o en la planta del pie podemos eliminarlas utilizando una lima especial.
Ahora esconderemos las cutículas empujándolas hacia dentro, evitando así tener que cortarlas.
Si disponemos de tiempo podemos ponernos una mascarilla especial, y si no pasaríamos directamente a hidratarlos bien con una crema humectante (en este paso os aconsejo que invirtáis un “ratito” ya que en muchas ocasiones no prestamos atención a lo que estamos haciendo por las prisas. ¡Disfrutar del pequeño masaje!)
Después de la limpieza e hidratación ya podemos empezar a pintarlas, es aconsejable poner un esmalte como base para que nos duren más, y dar dos capas del color elegido, si queremos podemos añadir una última capa protectora para dar un extra de brillo o proteger de golpes.
Si queremos hacer la pedicura más divertida o personal podemos añadirle algún dibujo decorativo, aunque si no tienes suficiente pulso y te gusta llevar las uñas decoradas, podrás comprar unos preciosos y variados adhesivos de venta en muchos establecimientos cosméticos.
Una vez llegamos aquí…a lucir pieeees!!!